Psicólogos Rosario
Hoy querría referirme de una manera muy escueta y para comunicarlo solamente a grandes rasgos, sobre la problemática atinente a los ataques de pánico , para poder llevar un poco de calma a cualquier persona que en algún momento de su vida haya experimentado semejante sintomatología a saber, por ejemplo, ( (según manual de Psiquiatría DSM 5). al menos 4 de los siguientes síntomas:
Palpitaciones y taquicardia
Opresión torácica
Sensación de falta de aire
Despersonalización (alteración en la forma habitual que tiene la persona en percibirse a sí misma y a su cuerpo)
Parestesias (el DSM se refiere a hormigueo o adormecimiento de algunas partes del cuerpo)
Sudoración
Miedo a la muerte inminente ó a volverse loco
Náuseas
Desde el lugar médico psiquiátrico se lo conceptualiza al ataque de pánico, como la aparición inesperada y espontánea de crisis de ansiedad grave, recurrente, que pueden no estar debidas a ninguna circunstancia en particular y en ausencia de un peligro real aparente , al menos desde un lugar biológico ó desde el lugar de un saber en el cual solamente durante muchos contextos históricos, políticos, económicos y sociales, había lugar solamente para un saber médico psiquiátrico.
Ahora bien, Sigmund Freud , el padre del psicoanálisis, ya desde el año 1895 comenzaba a hablar de dichas sintomatología bajo el nombre de neurosis de angustia .
Sin explayarme , a grandes razgos , humildemente solamente quiero manifestar que se puede trabajar en forma muy exitosa respecto de los cuadros de crisis de ansiedad, ataques de pánico (ya nombrados y trabajados por Freud desde 1895)Hoy en el siglo XXI existe buena medicación médica psiquiátrica (sin desmerecer en absoluto a dicho paradigma), para tratar ese cuadro de angustia con el sujeto, conjuntamente con el trabajo ya sea psicoterapeutico ó psicoanalítico , para poder comenzar a invitarlo a hablar , a poder paulatinamente según los tiempos lógicos de cada sujeto, paso a paso, atendiento a la historia y la problemática particular de cada ser humano ,para que éste pueda sentirse alojado en el campo del Otro. Por ende, que el ser pueda sentirse alojado, cuidado, escuchado legitimado por el Otro.
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