De qué hablamos cuando hablamos de síntoma? ( Gilda Cristina Silvestre. Psicóloga- UNR.)
En 1915, en sus escritos metapsicológicos “La represión”. Freud nombraba
al síntoma como un retoño de lo reprimido, refiriéndose específicamente a los
síntomas neuróticos. En párrafos anteriores del citado escrito, dejaba aclarado
que las condiciones necesarias para que existiese la represión, obedecía al
hecho que el motivo de la satisfacción pulsional, necesariamente debiera ser
más displacentera que placentera, por ende, debería existir una nítida separación
entre actividad conciente e inconciente[1].
(Para que existiese la represión neurótica necesariamente tuvo que haber
operado la castración).
El chiste es una manera cancelatoria provisional de la represión, luego
la misma se reestablece.
La represión es móvil. Existiendo un juego de fuerzas entre lo reprimido
y la represión, lo primero, pugnando por acceder a la Cc , la segunda, tratando de
evitar dicha asequibilidad, generando por consiguiente un gasto de fuerza
psíquica constante, “en términos económicos, su cancelación implicaría un
ahorro”.[2]
Lo reprimido pugnará por acceder a la Ccia , según las circunstancias, los
acontecimientos del mundo exterior en relación a ello, lo hará de una forma que
encuentre a su alcance, ya sea mediante el chiste, lapsus, actos fallidos, el
sueño, de ser necesario, retornará mediante el síntoma para aliviar – en éste
último caso en forma fallida- en términos económicos , el gasto de energía
psíquica en el que incurre el aparato al sostener esa lucha de fuerzas
constantes entre la represora y la reprimida.
Freud decía en su escrito La
represión de 1915: “Recordemos que la represión no tenía otro motivo ni
propósito que evitar el displacer” “Si una represión no consigue impedir que
nazcan sensaciones de displacer o de angustia, ello nos autoriza a decir que ha
fracasado, aunque halla alcanzado su meta en el otro componente: la
representación”[3].
Por ende, si la representación sustitutiva se muda en angustia, la
represión en última instancia ha fracasado, es aquí cuando surge el síntoma, siendo éste una representación
sustitutiva de aquella representación reprimida.
Freud en psicopatología de la vida
cotidiana incluía como psicopatología a los sueños, olvidos, lapsus, y no solamente
al síntoma, pero éste es más complejo que los acontecimientos anteriores, ya
que también en el síntoma, el deseo resultó envuelto, revestido, pero
presentándose como un malestar, por lo tanto, como decía Lacan, puede
comprenderse al síntoma en forma amplia como “aquello que no funciona”, con un
malestar, para Lacan, el síntoma implicaba una satisfacción al revés[4].
“Al síntoma puede entendérselo como un envoltorio del deseo, un
revestimiento del deseo. El deseo está envuelto en éstas formas”[5]
“Satisfacción problemática porque no se trata de un objeto que satisfaga el deseo,
y si se tratara de un objeto, enseguida objeto y satisfacción van juntas, si
tenemos un deseo, hay un objeto que satisface el deseo y desaparece el deseo.
El deseo tiene ese sinsentido de falta, es deseo mientras no se realiza”[6].
Lo dicho por el doctor Franch me llevó a recordar la frase de Castoriadis
cuando se refería en relación a la vida psíquica al hecho de que el aparato
psíquico funciona porque no funciona, porque desde sus comienzos mismos tiene
una salida aparatosa. Esa salida aparatosa que lo marca la falta, que nos
instala como sujetos deseantes.
Quisiera agregar una acotación: para
abordar previamente lo que es un síntoma o cualquier concepto, debemos tener en
cuenta desde qué posicionamiento ideológico lo hacemos, desde qué
atravesamiento histórico, político, social, económico, estamos hablando; desde
qué lugar asumimos la responsabilidad de tratar de comprender, asimilar y/ o
transmitir un concepto. Desde qué aparato ideológico fuimos formados como diría
Althusser (escuela, iglesia entre ellos).
La idea de síntoma va a diferir según nuestra formación. “Un aparato
ideológico es algunas ideas y su consenso sobre éstas ideas”[7].
En el régimen capitalista lo que no funciona en la inmediatez no sirve.
La psicoterapia es un aparato ideológico porque se propone la eliminación del
síntoma. Ahora bien, el psicoanálisis no propone como objetivo principal
eliminar el síntoma, al menos no inmediatamente, por ende queda por fuera del
consenso imperativo y coaccionador del régimen hegemónico dominante. Ahora
bien, el doctor Héctor Franch expresa en
su seminario “forma y máscaras del síntoma” (clase del 14/04/2012): “por otra
parte no se puede decir que el psicoanálisis no cura si nos situamos en el
contexto del consenso del Psicoanálisis, porque para nosotros hacer hablar al
síntoma tiene efectos de cura” Agrega el autor : “El psicoanálisis no
podría normativizar por el solo hecho de que el ser humano es un ser hablante
producto del malentendido” , por ende ,
surgiendo con la diferencia entre enunciado y enunciación, entre lo que el
locutor dijo, y lo que el alocutario ha entendido respecto a lo dicho por el
primero, ello es lo que posibilita la demanda permanente, sin ella quedaría
aplastada la cadena del circuito deseante, no habría humano.
Ahora bien, para qué está el síntoma? Para qué irrumpe? Para qué toca
las puertas insistentemente a veces? Por qué no taponarlo? El síntoma al
irrumpir lo hace como una demanda, insiste cual cachorro humano si se hace caso
omiso de él, aparece para que más allá de la demanda podamos reconocer el
deseo. Si lo taponamos en forma artificial, en forma inmediata, siendo
obsecuentes a las tiempos imperativos e impiadosos del mercado, estaríamos
taponando la vía arqueológica que requiere la mediatez poco productiva en
relación a la vorágine de los tiempos actuales (del psicoanálisis?) para llegar
a reconocer el deseo más allá de la demanda.
Gilda Cristina Silvestre. .Psicóloga
UNR
[1] La represión. 1915- Freud-
Amorrortu editores. Pág. 142-
[2] Freud o. cit. Pág. 146-
[3] Op cit.
[4] Seminario de Héctor Franch “Forma y máscaras del síntoma” Clase 1
del 14/04/2012. Pág. 4
[5] Op cit. Héctor Franch
[6] Op.cit. Héctor Franch.
[7] Héctor Franch .Forma y máscaras del síntoma. (Clase 14/04/12).
Centro cultural Ross. Rosario, Santa Fe- Argentina.